Amigos, he aquí un experimento nuevo para mí. Si tienen 8 minutos libres (si es que van a llegar al final, lo cual no es obligatorio, sobre todo si ello puede afectar la salud mental de alguno de nuestros espectadores) pueden escuchar la grabación (casera y defectuosa) de un relato presentado por mí en octubre de 2014. Las condiciones técnicas no eran las ideales, y el equipo utilizado fue una sencilla máquina fotográfica. Quise incluir esta grabación y no una hecha en mejores condiciones, porque es en vivo, y la risa del público es muy estimulante.
En julio de 1994, robé este material y lo adapté (o arruiné) de un delicioso delirio de los habituales de Alejandro Dolina en su programa de la medianoche.