domingo, 30 de agosto de 2015

Más Isidoro Blaistein : LA FELICIDAD

TODO COMENZÓ CUANDO AL PETISO y a mí nos echaron de nuestras casas. Ya habíamos agotado todas las posibilidades de conseguir un trabajo remunerativo y estable. Ya habíamos hecho ocho sociedades distintas y todas habían fracasado. La última había sido un taller de fotocopias en una calle perdida donde no pasaba ni un alma. Cuando resolvimos ponernos de empleados, ya el germen del cansancio había madurado casi simultáneamente en nuestras esposas.
      De manera que, habiéndonos perdido la confianza, tuvimos que irnos. El Petiso fue a parar a casa de la abuelita, y yo a la de una hermana.
      Establecimos no vernos más. Quedarnos cada uno en su refugio y no intentar ninguna sociedad. Pero sucedió una cosa rara. Nos encontramos.
      A los dos nos habían echado del empleo. El Petiso perdió su puesto de gasista y yo el de fotógrafo. No porque fuéramos incompetentes, sino por exceso de celo. El Petiso iba a una casa a colocar una estufa, y al rato ya era amigo de la señora, y le arreglaba la luz, le hacía un plano para la decoración, le cambiaba los muebles y le desarmaba el lavarropas. Y claro, se le iba la tarde.

sábado, 29 de agosto de 2015

11 AÑOS SIN ISIDORO BLAISTEIN


El 28 de marzo de 2003 falleció en Buenos Aires Isidoro Blaisten. Aunque no sabemos si a él le hubiera complacido esta versión de su cuento, EL SIGNIFICADO DEL SIGNIFICADO, que  hemos publicado en este blog el 20 de agosto , la intención nuestra es rendirle un pequeño homenaje a un gran escritor. (Perdone, maestro, si no le gusta.)


miércoles, 26 de agosto de 2015

CUMPLEAÑOS DE CORTAZAR






Julio Cortázar nació el 26 de agosto de 1914. Si no hubiera muerto en 1984, hoy cumpliría 101 años. 

Pero Cortázar no morirá nunca. 
Hoy le haremos un pequeño homenaje recordando una de las joyitas que nos acompañarán siempre, de su libro Historia de Cronopios y de Famas.

             
             


CONSERVACIÓN DE LOS RECUERDOS

martes, 25 de agosto de 2015

ESA ISLA QUE ES LA INFANCIA


 
KARL OVE KNAUSGARD

Por mejores o peores motivos, la infancia siempre tiene algo de isla. Los niños parecen habitar un mundo diferente al de los adultos. Afortunadamente, eso sigue siendo así para muchos niños. Basta verlos jugar, a cualquier edad, pero más cuando son pequeños, y adivinar que la realidad que ellos viven está hecha con otros aditamentos que la nuestra. Pero hay niños y niños, y hay islas e islas. La de Karl Ove Knausgard, es por momentos, la isla del terror, la isla donde se pierde Pinocho y se lo come la ballena. Si uno escribe, no es difícil entender que un día, a este señor se le diera por ponerse a escribir su vida. Una autobiografía en seis volúmenes, que tardó dos años en terminar, y que vendió, sólo en su país, 500.000 volúmenes. Un escritor es un ser vanidoso creo, o con suficiente narcisismo para pensar que lo que vive y le pasa, puede interesarle a otros. Pero no creo que Knausgard haya escrito por vanidad o exceso de narcisismo, creo que no tuvo opción. Creo que o escribía su vida, transformándola en el momento de escribir en otra, en la vida de un Knausgard que al hacerse letra se hacía también otro, o se moría. Vivir para escribir, para respirar. O morir mudo, o escribiendo historias de otros, historias ajenas.

sábado, 22 de agosto de 2015

SU AMOR NO ERA SENCILLO

Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales. 
MARIO BENEDETTI

jueves, 20 de agosto de 2015

EL SIGNIFICADO DEL SIGNIFICADO

Como este es un blog muy sofisticado hoy tenemos el inconmensurable placer de brindarles, en su sección Audios para la historia la versión, adaptada y narrada por Silvia Ele, del cuento de Isidoro Blaistein, EL SIGNIFICADO DEL SIGNIFICADO.

viernes, 14 de agosto de 2015

DORA CARRINGTON A LYTTON STRACHEY (después de su muerte)

   
Dicen que tenemos que mantener nuestras pautas y nuestros valores vivos.
Pero ¿cómo voy a poder yo, si sólo los conservaba por ti? Todo era por ti. Amaba la vida únicamente porque tú la hacías perfecta; y ahora ya no queda nadie con quien contarse chistes o hablar de Racine y de Molière, de planes, de trabajo y de la gente.
Soñé otra vez contigo la otra noche. Y cuando me desperté fue como si acabaras de morir. Cada día lo encuentro más difícil de soportar, ¿para qué vivir ahora? Echo un vistazo a nuestros libros preferidos e intento leerlos, pero sin ti no me dan ningún placer.  Me acuerdo sólo de las noches en las que tú me los leías en vos alta, y entonces lloro.

martes, 11 de agosto de 2015

ENCONTRAR EL SENTIDO AL FINAL


“Quiero la tierra y sus maravillas: el mar, el sol. Quiero penetrar en él, ser parte de él, vivir en él, aprender de él, perder todo lo que es superficial y adquirido en mí, volverme un ser humano conciente y sincero. Al comprenderme a mí misma quiero comprender a los demás. Quiero realizar todo lo que soy capaz de hacer…trabajar con mis manos, mi corazón y mi cerebro. Quisiera tener un jardín, una casita, hierba, animales, libros, cuadros, música. Y sacar de todo esto lo que quiero escribir, expresar todas esas cosas…Quiero vivir la vida cálida, anhelante, viva, tener raíces en la vida, aprender, desear, saber, sentir, pensar, actuar, eso es lo que quiero, a donde debo tratar de llegar”.

 Días antes de morir Katherine Mansfield escribió estas palabras en su diario. Al leerlas siento pena por ella, pienso: ¡tenía tantas ganas de vivir!, parece que había encontrado los motivos, el verdadero para qué de su vida. Hace pocos días subimos su cuento “El canario”, el último cuento completo que escribiría, antes de morir en Fointainebleau el 9 de enero de 1923, a los 35 años.

domingo, 9 de agosto de 2015

EL CANARIO

¿Ves aquel clavo grande a la derecha de la puerta de entrada? Todavía me da tristeza mirarlo, y, sin embargo, por nada del mundo lo quitaría. Me complazco en pensar que allí estará siempre, aun después de mi muerte. A veces oigo a los vecinos que dicen: «Antes allí debía de colgar una jaula». Y eso me consuela: así siento que no se le olvida del todo.
...No te puedes figurar cómo cantaba. Su canto no era como el de los otros canarios, y lo que te cuento no es sólo imaginación mía. A menudo, desde la ventana, acostumbraba observar a la gente que se detenía en el portal a escuchar, se quedaban absortos, apoyados largo rato en la verja, junto a la planta de celinda. Supongo que eso te parecerá absurdo, pero si lo hubieses oído no te lo parecería. A mí me hacía el efecto que cantaba canciones enteras que tenían un principio y un final. Por ejemplo, cuando por la tarde había terminado el trabajo de la casa, y después de haberme cambiado la blusa, me sentaba aquí en la varanda a coser: él solía saltar de una percha a otra, dar golpecitos en los barrotes para llamarme la atención, beber un sorbo de agua como suelen hacer los cantantes profesionales, y luego, de repente, se ponía a cantar de un modo tan extraordinario, que yo tenía que dejar la aguja y escucharlo. No puedo darte idea de su canto, y a fe que me gustaría poderlo describir. Todas las tardes pasaba lo mismo, y yo sentía que comprendía cada nota de sus modulaciones.

sábado, 8 de agosto de 2015

FRASES DE BERTRAND RUSSELL (1872- 1970)

Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Los políticos por hacer imposible lo posible.

¿Para qué repetir los errores antiguos habiendo tantos errores nuevos que cometer?

Lo más difícil de aprender en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar.

Bertrand Russell, filósofo, escritor y matemático galés, es considerado junto con Gottlob Frege como uno de los fundadores de la Filosofía analítica y cuyo énfasis en el análisis lógico repercutió hondamente en el curso de la filosofía del siglo XX. 

viernes, 7 de agosto de 2015

UN CUENTO DE AVANZADA

UN CUENTO SOBRE UN CUENTO Y SU AUTORA
NOTA SOBRE LA AUTORA: Lee Ann Braderhurst, que nació en Filadelfia en 1901, fue una mujer demasiado adelantada para su época. Amó a Roderick Gaynes, 15 mayor que ella, desde que tenía 14 años. Tras un largo y tormentoso romance, se casaron al cumplir ella 15 años. Su matrimonio duró poco, apenas 24 años. Cuando se divorciaron, él se fue a vivir con su papá, y ella marchó al frente como Corresponsal de guerra para un importante periódico neoyorkino. Desde el frente escribió crónicas inolvidables, con un innegable toque femenino que seducía a sus lectores, quienes se contaban por millares. A partir de esa época, escribió también cuentos, novelas, ensayos, y un drama en 28 actos, el cual, incomprensiblemente, ningún empresario quiso montar nunca. Murió muy joven, a los 42 años, víctima de una violenta cirrosis hepática, que contrajo a causa de su inamovible costumbre de beber varios litros de leche con cacao y crema, por día.
Reproducimos aquí uno de los cuentos que integran un libro recientemente publicado y en el que se trasluce su indiscutible estilo cáustico, melindroso, y, por momentos , groseramente sutil.


EL DESEO

Eileen y yo hemos hablado mucho de este tema. Lo hemos conversado hasta quedar exhaustas. Ambas deseamos intensamente hacerlo. Cada vez que pensamos en ello, una especie de escalofrío nos recorre la médula y nos cosquillea en la piel. Pero siempre hay una mano invisible que nos detiene en el momento justo, y nos quedamos en el umbral.

LA PLANTITA

Cuando mi sobrino Eufemio, que vivía conmigo, cumplió 20 años, estábamos a 28 del mes y yo no cobraba hasta el 5 del siguiente. Así que me fui hasta un vivero japonés de la otra cuadra, muy barato, porque yo sabía que a él le chiflaban las plantas.
De entrada, nomás, la vi y me atrajo. Era una hermosa y exótica plantita, cuyo cartelito rezaba un nombre en latín que no me dijo nada, y un nombre en japonés que me dijo menos. Pero más abajo decía "1 $" , y eso sí lo entendí.
Eufemio se puso tan feliz cuando la vio, que mi conciencia culposa tuvo que callarse la boca.
La plantita era roja y tenía zonas tan mórbidamente aterciopeladas, que invitaban a tocarla. Pero cuando Eufemio la tocó, ella le mordió el dedo. Suavemente , debo reconocerlo. Y en ese momento vimos la verdad , la exótica verdad : era una planta carnívora. Eufemio, a estas alturas, estaba totalmente subyugado. Colocó a la maravilla botánica en un sitio de honor en el patio, y comenzó a alimentarla con hamburguesas, asado con cuero, y pollo al horno. Ella, chochísima , se comía todo. Claro que, a veces , se empachaba. Pero él había aprendido a tirarle del cuerito de una bolsita que ella tenía en el tallo, y enseguida se ponía bien.
Cuando llegó el frío, él la llevó al living y la colocó junto a la mesita de los retratos de la familia.

miércoles, 5 de agosto de 2015

YO QUIERO SER JOSEFINA

Este post está inspirado en el cuento de Iris Rivera, que figura más abajo. Si no lo has leído aún, convendría que lo leyeras antes que esto.

Cuando leí La llave de Josefina, de Iris Rivera, supe que yo ya era Josefina. Que cada vez que leía la historia lo era, y que lo era leyendo otras historias, pero sobre todo era Josefina cuando escribía.
Este hermoso cuento nos dice con brevedad y maestría cuál es la tarea del escritor.
¿Qué hacemos cuando queremos contar una historia sino abrir y ver qué hay?
Luego elegimos, vemos qué queremos, qué podemos, por qué una cosa y no otra, y cómo lo haremos.
Qué linda manía tiene esta nena de ir abriendo todo lo que encuentra y después contarnos qué ve, qué siente, qué descubre.
De entrada nos habla de la paciencia el texto.
Hay gente que no tiene paciencia para leer historias.
Hay gente que en esta parte ya se aburrió y prendió la tele.
Porque este texto también nos habla de la lectura. De una propuesta de lectura. Una propuesta que incluye el saber esperar, la idea de un tiempo en el que algo ocurrirá. Y el texto como la ruta para llegar hasta ahí.
Y principalmente que no existe una escritura sin una lectura, no hay posibilidad de contar nada sin leer.

LA LLAVE DE JOSEFINA

Hay gente que no tiene paciencia para leer historias.
Acá se cuenta que Josefina iba caminando y encontró una llave. Una llave sin dueño.
Josefina la levantó y siguió andando.
Seis pasos más allá encontró un árbol. Con la llave abrió la puerta del árbol y entró. Vio cómo subía la savia hasta las ramas y subió con la savia.
Y llegó a una hoja y a una flor. Se asomó a la orilla de un pétalo, vio venir a una abeja y la vio aterrizar.
Con la llave, Josefina abrió la puerta de la abeja y entró.
La oyó zumbar desde adentro, conoció el sabor del néctar y el peso del polen.
Y voló hasta un panal.

sábado, 1 de agosto de 2015

LA ULTIMA CASA

Monk’ s House en Sussex

Esta es la casa donde vivió sus últimos años Virgina Woolf junto a su marido Leonard.
Acá encontró Leonard la carta de despedida, encima de la chimenea, el 28 de marzo de 1941, que le dejó antes de llenarse los bolsillos de su abrigo de piedras y sumergirse en las aguas del río Ouser. “Enamorada de la muerte”, decía Leonard.
“Quiero decírtelo, aunque todo el mundo lo sabe. Si alguien hubiera podido salvarme, ése habrías sido tú. Lo he perdido todo salvo la certidumbre de tu bondad. No puedo seguir echando a perder tu vida de ese modo”
Leonard se había pasado la mañana trabajando en el jardín, seguro de que Virginia se encontraba en la casa, pero cuando entró lo primero que vio fue el sobre en la chimenea. Ese mismo día, escribió con lápiz en uno de los diarios de bolsillo de Virginia, la palabra “muerta”.

LA AVENTURA DE LEER

Cuando tenía cinco años aprendí a leer.
Mi papá compraba LA RAZON que tenía letras así de grandes y me llamaban mucho la atención.
Mi papá también era grandote, pero las hojas del diario eran enormes y lo tapaban. Eso me producía sentimientos encontrados. Quería ver a mi papá, hablarle, que me escuchara, yo tenía siempre muchos temas de conversación. Y por otro lado me moría por saber qué cosa lo tenía tan interesado detrás de esas páginas descomunales y de esas letras negras.Entonces empecé a preguntar: ¿cuál es ésta? La A, decía mi papá sin más comentarios.Y al rato otra y así, mi mamá me contestaba más, pero leía menos.