lunes, 8 de febrero de 2016

TRÁMITES

Cómo odio hacer trámites. Pero una vez que empiezo, tengo que terminar. Resulta que para todo hay que hacer un trámite, llenar un formulario, tener la fotocopia del original, sacar un certificado, con firma y sello y membrete y el escribano y la tía y la abuelita.
Hay cosas que me dan envidia, entre otras, la gente que con total naturalidad, suerte, sincronización de planetas, no sé cómo, hace fácilmente todo tipo de trámites.
No es mi caso. Y antes era peor. Una atmósfera como de cielo tormentoso me envuelve cuando tengo que sí o sí hacer un trámite. Ordeno y guardo papeles en cajas, en folios, en bolsitas, en sobres papel madera con etiquetas orientadoras, pero pierdo, traspapelo, olvido y jamás encuentro lo que necesito en el momento en que lo necesito.