lunes, 27 de julio de 2015

SURREALISMO


Raymundo Allegani Allegretti era un pintor surrealista. Es más, era un fanático del surrealismo. Su mayor deseo era vivir en un mundo surrealista, que toda la realidad fuera surrealista. Tanto lo deseó, que un día, mientras estaba en la azoteade su casa colgando la ropa lavada, se le apareció un genio (surrealista, por supuesto) y le concedió un deseo. Ya imaginarán Uds. lo que Raymundo, tembloroso y conmocionado, pidió. El genio hizo un gesto con las manos y, de pronto, todo el paisaje que lo rodeaba se volvió surrealista. 
Entonces, alucinado por su sueño cumplido, fue corriendo a su taller, tomó el atril, una tela, los pinceles y las pinturas, y se fue a la azotea. Y empezó como loco a pintar lo que veía. Ni se detenía a mirar lo que le había quedado. Cuando terminó, y vio el resultado de su inspiración, profirió un grito  deseperado, tiró todo al suelo, y se fue corriendo a su taller, donde buscó el viejo revólver que había heredado de su abuelo, y se suicidó.
Photoshop  y texto de Silvia Ele

(Se aconseja al público espectador que, para poder apreciar mejor la imagen mostrada, apoye en ella el cursor que tendrá forma de manito, y haga clic. De ese modo la verá en su tamaño original)

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