martes, 13 de octubre de 2015

LAS TUSQUETS













 Esther Tusquets







Tengo un aullido en mi interior, normalmente, durante el día, me deja

tranquila, pero por la noche, cuando me tumbo en la cama e intento dormir,

él se despierta y empieza a merodear como un gato furioso, me araña el

pecho, me crispa la mandíbula, me golpea las sienes. Para calmarlo, a veces

abro la boca y finjo gritar en silencio, pero no logro engañarlo, sigue ahí,

enloquecido, intentando romperme. El amanecer, los niños, el pudor, los

quehaceres cotidianos lo enmudecen y amansan durante unas horas, pero

luego, al caer la noche y quedarme sola, llega puntualmente a nuestra cita. 

Cierro los ojos con fuerza. Los abro. Aquí está de nuevo.”









             

 

Milena Busquets Tusquets







  

La primera corona que perdemos, y tal vez la única imposible de recuperar,

es la de la juventud, la de la infancia no cuenta porque de niños no somos

conscientes del increíble botín de energía, fuerza, belleza, libertad y candor

que al cabo de unos años será nuestro, y que los más suertudos dilapidaremos

sin medida.”

Estos párrafos pertenecen al libro También esto pasará de Milena Busquets

Tusquets (Anagrama 2015).

Descubrí el libro por una crítica en la revista Ñ, y lo compré, básicamente por

dos motivos: me gustó muchísimo el título y me dio intriga de conocer a la

hija de la famosa editora Esther Tusquets.

El título, además de llevar consigo un poder tranquilizante, ya va a pasar, les

decimos a los niños cuando llorar por algo; también contiene esa voz del

destino, aquello que indefectiblemente sucederá, nos guste o no.

El nudo temático de esta novela gira alrededor de una mujer que ha perdido

hace poco a su madre y queda con el mundo dado vueltas, podríamos decir,

devastada, sin encontrar sentido a su vida.

Tengo sensación de final y quiero empezar a ir ligera de equipaje. A mi

edad, uno se lo puede permitir todo”. Decía en el 2010 Esther Tusquets, que

padecía Parkinson y finalmente murió a los 75 años, en julio de 2012.

Blanquita es la protagonista de la novela, la huérfana que toma el lugar de

Milena, quien intenta describir la peripecia del duelo, la locura de vivir con el

piso fuera de lugar, la tristeza visceral que sólo la calma por pequeños

momentos el sexo.

Cuando comencé a leer el libro tuve el prejuicio de pensar que se trataba de

una mujer malcriada y con plata, que nunca había conocido el verdadero

sufrimiento y que no podía soportar la muerte de su madre. A medida que

seguí leyendo, dejándome llevar por su excelente prosa, y metiéndome en la

historia, comprobé que Milena es muy buena escritora, que es evidente que la

muerte de su madre fue un hecho muy doloroso y que atravesar su duelo le

debe haber costado muchísimo. Pero también le permitió escribir esta novela

que tiene belleza, humor, profundidad y la valentía de contar, con otro

nombre, lo más luminoso y lo más oscuro del nombre propio.

Estos dos párrafos me parecieron, además de bellos y muy bien escritos, de

una lucidez que permite empatizar muy rápido con su sentido.

Ayer, caminando por Avda. de Mayo, entré en una librería en busca de algo

lindo y barato. Los carteles de 1 por 60$ y 2 por 100$ me atrajeron enseguida.

Tengo la costumbre de mirar lo que hay encima de la mesa, pero muy

especialmente me fijo en lo que hay debajo (¡hallazgos!), y allí encontré un

atractivo volumen de Esther Tusquets llamado Pequeños delitos abominables.

Lo estoy leyendo, trata de cuestiones muy cotidianas, de la miseria con la que

todos cargamos y de esas pequeñeces que nos hacen a veces grandes

monstruos.

Me pareció una agradable coincidencia literaria habiendo leído a Milena

encontrármela a Ester, de quien es lo primero que leo y no será lo último.

Patricia Saccomano

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