“La
preocupación de Virginia Woolf acerca del destino de las mujeres y
de
cómo
debían entenderse las relaciones entre ambos sexos surge en parte de
los
condicionamientos de la época. La niñez y la adolescencia de los
pequeños
Stephen
coincidieron con el final de una era en la cual los destinos de los
hombres
y de mujeres diferían por completo. Que ellas tuvieran que optar
entre
seguir los modelos establecidos o desobedecerlos implicaba un alto
costo
personal y social que podía tener consecuencias incluso en la
relación
entre
hermanos.No bien ingresaban en el colegio y salían de la esfera
hogareña,
los varones tomaban caminos que a las mujeres les estaban
vedados.”
Virginia
respondían, no obstante, al secreto llamado de sus sueños. El deseo
de
ser escritora y la conciencia de lo deficiente de su formación
escolar
hicieron
que Virginia no fuera sólo una niña alegre y juguetona, sino que se
distinguiera
como fina observadora; sus preguntas demostraban que su
intelecto
y su sensibilidad estaban lejos de quedarse en la superficie de las
cosas.
Ya que el mundo de las apariencias nunca le interesó y siempre
prefirió
centrarse
en su propia percepción de la realidad, desde pequeña comprendió
que
para ser el tipo de escritora que deseaba, debía capturar en
palabras las
sensaciones
y las visiones que el mundo le ofrecía. Como surge de sus diarios,
es
evidente que su búsqueda encontraba paralelo en la de su hermana, y
que
ambas
se apoyaban mutuamente. A los quince años Virginia escribió: ‘Nessa
sostiene
que nuestros destinos residen dentro de nosotros mismos’.”
de Virginia Woolf.La vida por escrito
Irene
Chikiar Bauer
de Virginia Woolf.La vida por escrito
(Taurus
2012)
No hay comentarios :
Publicar un comentario